Mundo del Trabajo: Estado y mercados por la destrucción de los derechos de las personas trabajadoras


 El mundo del trabajo  sufrió un cambio importante en los últimos 30 años del siglo XX a partir de la restructuración de las actividades productivas que pasan del modelo industrial fordista a un modelo de acumulación flexible adaptado al neoliberalismo. Se inaugura un periodo de cambios estructurales que hacen que el Estado sea reemplazado por el mercado con su consecuente modificación en la organización social y económica.

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Sociología del trabajo | El empleo en su doble perspectiva formal y ocupacional.


La ocupación formal.

El modelo que explica de manera conveniente la actual estructuración del trabajo en la moderna Sociedad del Conocimiento es a la vez complementaria y contradictoria.

Una primera visión sugiere una vertebración de las ocupaciones laborales desde un prisma formal, que destaca por la preeminencia de la organización administrativa y de la actividad de control y gestión.

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Bajo esta perspectiva, lo más característico se centra en observar cómo personas y/o grupos de personas, coordinan, estructuran, pagan y controlan el trabajo en todas sus facetas. La segunda visión está más vinculada a la ocupación; a las propias funciones y competencias y habilidades que el individuo desarrolla en el proceso de trabajo, a la descripción y problemática que genera  y a las repercusiones e implicaciones sociales de su actividad laboral tanto en su faceta grupal como individual en cuanto miembro activo de esos colectivos.

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Precariedad laboral en la III Revolución Industrial


Trabajadores y Posmodernidad en la Empresa del siglo XXI.

Continuando con la serie de artículos referentes a la postmodernidad desde el punto de vista de la Sociología del Trabajo y las Relaciones Laborales. Abordamos ahora las consecuencias fundamentales que está teniendo la III Revolución Industrial sobre las condiciones sociolaborales de los trabajadores/as del siglo XXI.228391_223516150999231_100000225436362_1044473_7330271_n

El primer rasgo que llama poderosamente la atención es la condición de incertidumbre que invade todo lo que tiene que ver con el mercado de trabajo actual. Esta nueva sociedad líquida, está sociedad del conocimiento impregna de volatilidad y cambios constantes cada una de las clásicas instituciones que estructuraban la vida en sociedad hasta hace 50 años.

Los vectores que se imponían en las relaciones industriales clásicas eran la negociación colectiva basada en salario, productividad, empleo estable y carrera profesional. Hoy en día, en esta nueva realidad de objetivos centrados en el cliente, mercados cambiantes, exigentes y globales, se impone la necesidad de contar con altos márgenes de flexibilidad en todos los ámbitos de la actividad empresarial. A la nueva realidad de la empresa se corresponde obligatoriamente una nueva realidad para los empleados que en ella trabajan.

«Son las empresas y sus recursos humanos y materiales los que tienen que adaptarse al mercado y no al revés»

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